Sorprendentemente, un 78,5% prefiere el software libre por su libertad, quedando la supuesta gratuitidad de los programas libres en un segundo plano, y muy por debajo la confianza que se le suele atribuir al software comercial.

Puede que descubran este tipo de programas por ser alternativas gratuitas en muchas ocasiones, pero los usuarios acaban valorando la libertad y flexibilidad que otorgan los programas de código abierto por encima de todo. Algo que pese a todo no tienen en cuenta aquellos que no conocen el software libre, y puede que sea un concepto que a priori no entiendan. De los que valoran sobre todo que sea gratuito, existe un 36% que dejaron de utilizar este tipo de programas. Por otro lado, del porcentaje que tiene más confianza en el software comercial (3,6%), una tercera parte no ha usado nunca software libre.

Lo que más afecta al usuario medio a decantarse por un programa u otro es en muchas ocasiones su condición de software libre, por encima de que sea gratuito. Después vendría su funcionalidad, si resulta sencillo, útil, eficaz y satisface su necesidad. El último factor seria el de recomendaciones externas (ya sean de páginas de internet o de conocidos), aunque sin duda sigue siendo un factor a tener muy en cuenta.

El idioma no parece afectar demasiado a los usuarios a la hora de escoger un programa, ya que un 25% no considera relevante esta cuestión. Los usuarios de América latina le dan algo más de importancia, pero la mayoría de los usuarios están habituados al inglés en el uso de los equipos informáticos.

Los programas gratuitos son más buscados entre los sectores de población con menos de 25 años y más de 50. Si bien los más jóvenes siempre han podido tener un mayor apuro económico, el hecho de que también se encuentren los mayores puede ser uno de los resultados de la crisis económica actual.

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